¿Quiénes somos?

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    Somos un grupo de investigación en temas de Seguridad y Defensa Nacional.

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    Alberto Bolívar Ocampo. Politólogo. Profesor de Geopolítica en los Institutos Armados, el CAEN y la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

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10 blogs de Geopolìtica de consulta obligatoria


Fuente: http://www.mdzol.com/mdz/nota/396836-los-10-blogs-sobre-geopolitica-que-tenes-que-visitar/

1- Casus Belli: escrito en francés, sus breves entradas ofrecen exposiciones concisas, más informativas que analíticas, suministrando como complemento una lista de enlaces a noticias relacionadas para que el lector profundice más.
2- Pepe Escobar: Este periodista brasileño es quizá uno de los analistas de política internacional más heterodoxos. Mantiene un blog en Asia Times que no suele dejar indiferente. Con un estilo incisivo, suele convertir en objeto de ácidas críticas las versiones oficiales cuando, en su opinión, contradicen las evidencias.
3- The Oil and the Glory: el periodista Steve LeVine comenta la actualidad relativa a la economía y la geopolítica del petróleo y sus derivados desde la web de la edición estadounidense de Foreign Policy. Presta una especial atención a los equilibrios geopolíticos que se modifican en función del acceso a los recursos, así como las consecuencias de las desquiciadas fluctuaciones en el precio del crudo.
4- Global Public Square: el periodista indio-norteamericano Fred Zakaria informa desde la web de la cadena de televisión CNN sobre algunos de los temas más relevantes de la actualidad internacional. Notas escritas y vídeos para llegar a un público lo más variado posible. Zakaria que publica en medios como The Washington Post es uno de los comentaristas de asuntos internacionales más mediáticos y conocidos.
5- Carnet de  bord d’Aymeric Chaupadre: discípulo de François Thual, el geopolítico y politólogo francés Aymeric Chaupadre escribe sobre globalización, multipolaridad y choque de civilizaciones en un blog alojado en la web Realpolitik.tv, creada por un grupo de expertos en relaciones internacionales franceses que cuenta incluso con un canal de televisión en el que se cuelgan breves vídeos con análisis geopolíticos.
6- Geopolitics: Robert Kaplan, veterano periodista y analista, se suma al proyecto del wiki-filtradothink tank Stratfor para comentar la actualidad internacional sin perder de vista su principal preocupación: ¿qué ha de  hacer Estados Unidos para mantener su rol de potencia mundial predominante? En principio, no recomendable para idealistas de las relaciones internacionales.
7- Géopolitique: el periodista Pierre Rousselin mantiene este blog en el diario francés Le Figaro. Sin dejar de abordar algunos de los temas más relevantes de la geopolítica actual, destacan especialmente sus comentarios sobre la política exterior de la Unión Europea y las no siempre fáciles relaciones entre los países de la Unión.
8- The Skeptics: en la página de la revista bimestral estadounidense The National Interest se albergan dos blogs centrados en cuestiones geopolíticas. The Skeptics es una bitácora coral escrita por varios periodistas de la publicación. Paul Pillar, ex agente de la CIA reconvertido en analista y académico, mantiene a su vez un blog personal sobre asuntos internacionales.
9- Champ de mines: escrito por el periodista francés Alain Faujas, aporta información y análisis sobre las contingencias que afectan a las materias primas industriales y agrícolas. Una buena guía para seguir la lucha por los recursos que se disputa en el tablero global.
10- Extramundi: blog de Jesús Núñez Villaverde sobre seguridad, conflictos y relaciones internacionales. Codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria, Villaverde ofrece análisis certeros y didácticos de muchos de los acontecimientos que más están afectando –y más pueden afectar en un futuro próximo– a la estabilidad mundial.

Libro de Inteligencia Estratégica - FLACSO Ecuador




Durante décadas en diversos países la actividad de Inteligencia se confundió de manera errada con labores de espionaje político. Más allá de que exista un cierto morbo proveniente del estereotipo cinematográfico o se genere desde acciones espurias de las policías políticas que nunca faltan en Estados de corte autoritario, actualmente la expresión Inteligencia está direccionada al análisis estratégico y los estudios prospectivos que incluyen especular sobre escenarios futuros; a la gestión de conocimientos científicos aplicados a las políticas públicas e incluso a la observación e intervención en áreas empresariales y tecnológicas de punta.

El presente volumen reúne trabajos multidisciplinarios destinados a dar luces en esta intrincada zona del conocimiento que ha permanecido muchos años encapsulada en lógicas militares y policiales. El público lector encontrará una imagen amplia y a la vez crítica del estado actual de la Inteligencia en contextos ecuatorianos y latinoamericanos. También da pautas para la posible creación de una estructura institucional que recoja los retos que demanda un Estado y una sociedad en constante transformación.

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La Reestructuración del Sector Defensa(*)





Ha constituido un verdadero remezón político y administrativo. A casi 20 años de su creación, el ministerio de Defensa no había funcionado como debía: órgano central del Sistema de Seguridad y Defensa Nacional. Superposición y duplicación de funciones, burocratización y también indicios de corrupción, son algunos de los problemas que encontró la nueva gestión.

Esto la llevó a adoptar una triple política que comprende transparencia, gestión por resultados y rendición de cuentas a la ciudadanía; todos ellos, aspectos indispensables para un sector público tan importante institucional y presupuestalmente hablando, pero sobre el cual no se percibía una adecuada conducción y control político por parte del Ejecutivo y el Legislativo, y que en algunos ítems administrativos tampoco era percibido como parte de la estructura estatal. Es por ello que se va a ampliar la cobertura del Sistema Integrado de Administración Financiera del Estado (SIAF) a absolutamente todas sus dependencias.

Del mismo modo, se ha anunciado la aprobación de un llamado “Núcleo Básico Eficaz para la Defensa Nacional”, para el que se invertiría la suma de US 650 millones en los próximos cinco años y cuyo objetivo sería recuperar un nivel importante de las capacidades operacionales de nuestras FF.AA., para que a su vez el país recupere una postura disuasiva real y creíble, que hoy – lo he dicho muchas veces – es inexistente. Ese monto, en vista de la realidad fiscal peruana, resultaría excesivo si se nos dijera que se destinará anualmente; en otras palabras, si al final de este gobierno alcanzase la suma de US 3,250 millones, pero el problema que veo es que, como va a ser en un lustro, va a ser insuficiente para lo que debemos volver a poner en condiciones de operacionalidad.  Veamos:
  1. Fuerza Aérea. En la guerra moderna, es la clave de cualquier esquema disuasivo y, desgraciadamente, se encuentra en un lamentable estado de operacionalidad. Ninguna Fuerza Aérea del mundo se halla siempre en un 100% de operacionalidad, siendo lo ideal un 80%. Con suerte, estamos en el 15%. Necesitamos repotenciar y modernizar los Mirage-2000, Mig-29, Sukhoi-25 y Tucano (olvidémonos de los Sukhoi-22 y A-37); darle un upgrade a nuestra defensa aérea y recuperar nuestras capacidades de guerra electrónica.
  2. Armada. La mundialmente reconocida excelencia de nuestra Fuerza de Submarinos, constituía el elemento verdaderamente disuasivo. Nuestros 6 submarinos necesitan ser modernizados y repotenciados. Nuestras unidades de superficie necesitan ser remotorizadas y dotadas de capacidades antiaéreas y antisubmarinas.
  3. Ejército. Que se olvide de los T-55, hoy material reciclable. Necesita renovar su aviación, capacidades antiaéreas y antitanques (pese a que los RPG-29 no lo son, supongo, espero, confío en que ya estén planificando la compra de algunos miles),  de comunicaciones e incrementar sus fuerzas especiales.
Si a todo esto le añadimos la urgente necesidad común de un satélite de comunicaciones y observación, los US 650 millones son y serán insuficientes. Lo dejo como reflexión.


(*) Alberto Bolívar. Diario La Primera. 11/Oct/06

La Operacionalidad del Sector Defensa(*)






La semana pasada enfoqué mi análisis en los intangibles del sector, pero bien sean éstos (software) o los tangibles (hardware), su funcionamiento dependerá de la apropiada asignación de recursos presupuestales. En el caso de Defensa, es un hecho claro, conocido y reconocido, que aproximadamente el 95% de su presupuesto es destinado a gastos corrientes (entiéndase sueldos, luz, agua, teléfonos, etc.) y sólo el 5% restante va para el mantenimiento, adquisición y reparación de equipos, para el entrenamiento de personal, y así por el estilo.

Ello determina una dramática conclusión: en términos operacionales convencionales, las Fuerzas Armadas peruanas son virtualmente inexistentes. Casi todo el hardware adquirido entre 1966 y 1982 no se encuentra operativo por razones presupuestales o ya es obsoleto para la guerra moderna; lo que es más, parte de ese material (póngasele lo que se le ponga), tal es el caso de nuestros tanques T-55 o los aviones Sukhoi-22, sólo merece estar en un museo o destinado para reciclaje en la Fundición de Chimbote, como fue sostenido en esta columna el 24.10.05.

El pasado gobierno decidió los recortes presupuestales y de personal antes de tener una Política de Defensa que los justificara racionalmente en términos presupuestales, organizacionales y de estructura de fuerza, y sobre todo, para la eventualidad de tener que responder a los riesgos y amenazas que estuvieran contemplados en la misma. Dicho de otro modo, no hubo lógica para hacerlo, se hicieron las cosas al revés. Fue una lamentable – y hepática - decisión, motivada por la politización y hechos de corrupción acaecidos en el sector durante la década pasada,  que – he ahí el grave problema – por desgracia se traduce en el también virtual estado de indefensión en el que se encuentra el país. Actualmente, el Estado no puede cumplir con el mandato constitucional (artículo 163°) que “garantiza la seguridad de la Nación mediante el Sistema de Defensa Nacional” y  nuestras Fuerzas Armadas tampoco tienen cómo cumplir con su finalidad constitucional (artículo 165°) de “garantizar la independencia, la soberanía y la integridad territorial de la República”. Si se diera una grave situación de frente externo – algo que nadie en su sano juicio desea – simplemente no habría cómo respaldar materialmente gestión diplomática alguna y menos cómo responder en lo operacional, porque no hay con qué.

De acá surge el gran reto sectorial para el quinquenio que se inicia: cómo -con imaginación – encontrar las fórmulas que le permitan a nuestras Fuerzas Armadas recuperar un nivel aceptable de capacidades operacionales convencionales y, paralelamente desarrollar capacidades no convencionales (asimétricas, relativamente baratas), las que, en combinación, le puedan proporcionar al país una postura disuasiva real y creíble, hoy inexistente. Esto último nunca está de más, porque como decía Voltaire, “Dios es justo, pero prefiere los batallones mejor pertrechados.”


(*) Alberto Bolívar. Diario La Primera. 07/Set/06

La Modernización del Sector Defensa(*)





Me he cuidado de no utilizar la frase “modernización de las Fuerzas Armadas”, porque éstas son tan sólo un aspecto muy importante del Sistema de Seguridad y Defensa Nacional. Constituyen el hardware principal con el cual, partiendo de una decisión adoptada al más alto nivel de decisión política (Consejo de Seguridad Nacional), por mandato constitucional nuestro Estado podría ejercer la violencia física externamente (artículo 165°) y eventualmente también en el ámbito interno (artículo 137°). Este cuidado se deriva de mi conocida posición de apartarme de la corriente que señala que el proceso de modernización implica primordialmente la compra de un caro hardware de última generación, porque el existente ya cumplió su vida útil –razón válida, pero insuficiente – o porque otros lo están comprando (a veces exageradamente) y por ello hay que equipararlos.

¿Pero qué hay del software? La experiencia histórica nos demuestra que aun no aprendemos que pese a tener desde 1979 un Sistema de Defensa Nacional (Decreto Ley 22653 - que no incluía el más amplio concepto de Seguridad-, modificado en 1987 y 1992, hasta el vigente de 2005), cuando se le requirió actuar simplemente no funcionó, a veces en momentos que el hardware era más que suficiente. El sistema no funcionó porque el sector no puso énfasis en los aspectos legales complementarios, organizacionales, no militares y doctrinarios del mismo.

1. Conflicto interno (1980-2006). Desde su inicio fue uno de tipo asimétrico, siendo el problema que operacional, doctrinaria y organizacionalmente, estábamos muy bien preparados para uno de tipo simétrico. En los primeros 12 años, casi no se emplearon los aspectos no militares que el sistema contemplaba. Medios materiales (helicópteros, por ejemplo) había; efectivos en número, teníamos. Sólo la reacción doctrinaria que de abajo (tácticamente) hacia arriba (operacional y estratégicamente) se inició en 1988-89, la creación del GEIN y el posterior marco legal, sentarían las bases para la derrota del terrorismo.
2. Conflicto de Falso Paquisha (1981). Fue uno de tipo focalizado, aunque con potencial de escalada, pero que puso de manifiesto serios problemas doctrinarios (nos habíamos preparado para un conflicto general, no para uno focalizado), de movilización y de interoperacionalidad.
3. Conflicto del Cenepa (1995). Pese al increíble valor de nuestros soldados y pilotos – que al final estabilizarían el frente de batalla -, fue un desastre en términos de inteligencia, de estado del hardware, de software doctrinario atrasado, de interoperacionalidad y – salvo contadas y muy honrosas excepciones - de competencia profesional en la conducción estratégica y operacional de las acciones militares.

Hasta ahora, ni las FF.AA., el sector o el sistema han analizado crudamente los problemas de software que en aquellas instancias se presentaron. Eso es peligroso porque “error no reconocido, es error repetido”. Más fácil es enfocar la discusión en la adquisición de nuevo hardware, pero los dos primeros casos antes mencionados nos demuestran que, incluso el estar armados hasta los dientes, no es garantía de eficiencia organizacional, es decir, sectorial y sistémica.


(*) Alberto Bolívar. Diario La Primera. 31/Ago/06

¿Existe Latinoamérica?






Recuerdo que cuando en 1982 parecía que escalaba peligrosamente la guerra de las Malvinas, a la primera ministra británica se le preguntó en una entrevista que si no temía una acción militar conjunta de Latinoamérica en apoyo de la Argentina. “No”, respondió Margaret Thatcher, “Latinoamérica no existe. Sólo existen países latinoamericanos”. Contundente respuesta que describía lo que siempre habíamos constituido en los asuntos internacionales: una región desunida y por ende, sin peso geopolítico; percepción que 24 años después, en momentos que en otras latitudes se busca la conformación de regiones-estado, no sólo subsiste, sino que se ha acrecentado a la luz de los últimos acontecimientos:

  1. Las simultáneas crisis de la CAN y el MERCOSUR, es decir, las principales agrupaciones subregionales que teóricamente iban a convertirse en los vehículos geoeconómicos e institucionales que llevarían desarrollo y prosperidad a los pueblos de los países que las conforman. Independientemente de las razones ideológicas y de intromisión política, que en el caso de la CAN la han puesto al borde de su virtual disolución, el problema en ésta y en el MERCOSUR, pasa también por la falta de madurez política e institucional de sus miembros para liberalizar los procesos económicos y comerciales. Llevados muchas veces por la retórica, prefirieron ver a la integración como algo más político que económico, cuando es al revés.
  2. La nacionalización de sus recursos energéticos por parte de Bolivia, en una muestra de retroceso a paradigmas trasnochados y comprobadamente fracasados, digitada –claro está- desde La Habana y Caracas, y confiando además en un eventual triunfo de Ollanta Humala en el Perú para controlar las tres grandes reservas gasíferas de Sudamérica y, parafraseando a Alan García, estar en condiciones de poner una pistola en la sien, no sólo al Brasil, sino a aquellos países con déficit energéticos, cooptarlos y causarle problemas a unos EE.UU. que ahora están cosechando los frutos de una historia de ceguera estratégica, ninguneo –e incluso desprecio- a toda una región. Un eventual triunfo de  Manuel López Obrador en México y de Daniel Ortega en Nicaragua, también digitados por Castro y Chávez, empeoraría exponencialmente el panorama.
  3. La comprobación que las percepciones de amenaza siguen vigentes y que los –fracasados- procesos subregionales de integración en nada las disminuyeron. Tan sólo veamos el informe que sobre el gasto militar sudamericano publicó el pasado 29 de abril El País de España. El incremento de los índices de intercambios comerciales es lo que cambia las percepciones de amenaza, no hipócritas abrazos y reuniones de altos mandos militares. Hace 200 años lo sentenció Alexander Hamilton: “Sólo el espíritu del comercio suaviza los modales de los hombres”.
  4. La demanda de Argentina contra Uruguay ante la CIJ por el litigio de las papeleras y la contrademanda de este último.

En mi opinión –desgraciadamente-, Latinoamérica sólo existe en términos de una serie de países que pueden ser identificados en un mapamundi y que tienden a fracturarse aun más. Triste, ¿no?

Bush regrets Irak invasion based on Intelligence failure

Entrevista a Henry Kissinger

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