La reciente crisis con Chile, independientemente que reconfirma el fracaso de la política exterior de este gobierno, el cual desde su inauguración se empeñó en considerar a ese país como nuestro principal referente regional, en vez de Brasil, debe analizarse en varios niveles:
- El cacareo armado por Santiago contra un proyecto de ley de nuestro Congreso que consideran amenaza su soberanía y para el cual han iniciado una ofensiva diplomática acudiendo a la OEA - ¿Por qué ahora sí, aduciendo que Perú intenta revisar unilateralmente un tratado y no en el caso de Bolivia, país que quiere la revisión del Tratado de 1904 para solucionar su mediterraneidad? ¿Por qué no usan ese foro para defender su posición? -, a EE.UU. y a Gran Bretaña, necesariamente tiene que ver con la elección presidencial chilena. Primero, después del debate, es casi seguro que la candidata del oficialismo – Bachellet – vaya a una segunda vuelta. Segundo, la ex ministra de Defensa, la misma que consolidó el poderío militar de su país, con un discurso “patriota” contra el Perú busca ganarse los votos de la llamada “familia militar”, votos que va a necesitar con urgencia. Tercero, ídem la derecha.
- Estas actitudes “patriotas” no son nuevas en Chile y a veces han devenido en patrioteras e incluso patoteras. Por ejemplo en 1980, poco antes del referéndum sobre la Constitución de Pinochet y cuando había tensión con Argentina por la soberanía del Canal de Beagle, organizaron un “incidente” con unas balizas situadas cerca de la zona en litigio. El pueblo “cerró filas en defensa de la patria” y se aprobó una Constitución cuyas consecuencias aun no terminan de pagar, entre ellas que no hay un efectivo control civil sobre los militares.
- Una consecuencia viva de esto es el almirante ACH ® Jorge Martínez Busch, ex comandante general y hoy senador sin que nadie lo eligiera, y sus altisonantes y siempre matonescas declaraciones. Es el autor de Oceanopolítica: una alternativa para el desarrollo (Santiago: Editorial Andrés Bello, 1993), libro en el que expone su nuevo pensamiento talasocrático y la tesis del Mar Presencial de Chile, con la que usando argumentos geopolíticos y pseudo jurídicos a veces risibles – y también alertando sobre la mancha india que se extiende con mayor velocidad que el crecimiento de los blancos (p. 126) -, directamente se reservan la soberanía de prácticamente la mitad del cuadrante sudoriental de la Cuenca del Pacífico, e indirectamente la otra mitad. La ley 19080 de 1991, incorporó al ordenamiento jurídico interno chileno el concepto de Mar Presencial. Me pregunto: ¿No podríamos, no deberíamos acudir a la OEA y la ONU contra esta ley? ¿Entonces, a qué tanta alharaca con nuestro proyecto de ley?
- Me da la impresión que el ministro hindú se fue de boca en el tema de los misiles BrahMos, que es obvio sí se discutió. ¿Qué dice Washington respecto a esto? A principios de los noventa obligaron a la Argentina a desmantelar su programa misilístico Condor-I y II, y en 1996 frustraron nuestra adquisición de misiles Scud-B en Norcorea, en plenas tensiones con el Ecuador. ¿Aceptarían la introducción de estos sistemas de armas en el contexto estratégico regional? Dejo la interrogante.
(*) Alberto Bolivar. Publicado en La Primera, 31/Oct/05
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